Luego de que Barcelona se impusiera con marcador de 3-0 en el partido semifinal de ida y tuviera prácticamente la llave sentenciada a su favor,Liverpool apeló a su mística para imponerse a Barcelona.
Sin Mohamed Salah (su máxima figura) por lesión y con la incertidumbre de la Premier League, Liverpool salió al terreno de juego con total convicción de conseguir la hazaña. El técnico Klopp dispuso de una nómina totalmente ofensiva y desde los minutos previos con el apoyo de la afición, fueron motivados para conseguir lo que parecía imposible.
A los siete minutos abrió el marcador, dando un previo aviso de lo que iba a suceder. Luego supieron aguantar a Messi y sus compañeros para irse con la ventaja al descanso. Iniciando la segunda mitad pusieron el 2-0. Dos minutos más tarde, aprovecharon su estado anímico para empatar la serie y desbordar de locura. Finalmente, la defensa de Barcelona durmió y con un increíble gol tras un córner sentenciaron otro milagro, para recordar el logro de Estambul en 2005.