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Los problemas del Polo en Barranquilla y el Atlántico

Con o sin razón, voces autorizadas y otras no tanto consideran que ha “impactado fuerte y hasta demoledoramente” en el Polo Democrático Alternativo el retiro del movimiento del congresista Jorge Robledo, el llamado MOIR, para crear otro partido llamado Dignidad.

Mientras los apocalípticos sostienen que “se acerca su fin”, y los pesimistas opinan que llegará a su “mínima expresión sin posibilidad de volver a ser el centro de encuentro de todas las fuerzas alternativas, progresistas o de izquierda, que hace unos años fue”; a nivel nacional se hacen los esfuerzos para una rápida recomposición. El Comité Ejecutivo en Bogotá sigue funcionando, con sesiones frecuentes, discute como salir adelante y busca acuerdos políticos para distribuir las cuotas o posiciones vacías.

Recientemente ha tomado la iniciativa política intentado mostrar fortaleza y dar un mensaje de normalidad al escoger al actual Senador Alexander López como su candidato a la Presidencia de la República; presentándole como un pura sangre del partido y resaltando su lealtad, trabajo legislativo y su vida como luchador social y defensor de empresas públicas y de organizaciones sindicales. Pese a que algunos creen que esto es “solo para no obstaculizar la posible unidad con la aspiración de Gustavo Petro, que tanto contrariaba a Robledo”.

Y aunque en algunos departamentos el polismo se busca sacudir prosiguiendo con el ejemplo nacional, sin embargo en Barranquilla y el Atlántico da la impresión que hay congelamiento.

Para los entendidos la habilidad de los robledistas de “tomarse todas las posiciones de importancia en las coordinadoras y comités ejecutivos”, sumado a la “falta de cuadros reconocidos o de importancia política para remplazarles”, hoy son determinantes para un “panorama bastante oscuro, ni siquiera gris”. A casi un mes de la escisión, hay inacción casi total, cero iniciativas, cero pronunciamientos. “No hay guía orientadora a la militancia que se está dispersando, ni explicaciones a la opinión”. No se ve una luz al final del túnel.

Otro punto crítico, manifiestan ciertos militantes, lo es el hecho de que aunque “algunos de los que decidieron irse ya radicaron su renuncia formal, como el ex presidente departamental Norman Alarcón, pero no ha ocurrido con otras personas directivas, que posiblemente no desean salir del todo para seguir influyendo o manejando el Pda, o como en el caso de la excandidata Melissa Anibal que no renuncia al parecer esperando que haya pronunciamiento definitivo sobre la curul del concejal Pérez y poder ocuparla y ponerla a disposición de su nuevo partido Dignidad. O sea sueñan quedarse con la curul del polo pero para manejarla por allá”

Y es que además de todo lo anterior “la falta de designación de reemplazos en los órganos de dirección no permitiría cumplir los reglamentos internos sobre las sesiones y posibles decisiones tan necesarias en estos momentos. Bloqueas y generas lentitud desde dentro”, calculan los que manejan la letra menuda.

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