- El judo es un arte marcial japonés moderno, creado por Jigoro Kano, que tiene como traducción ‘Camino de la flexibilidad’. En un trayecto enmarcado por la disciplina, la resiliencia y la perseverancia, Erika Lasso se erige como la representación colombiana, en los Juegos Olímpicos, en un deporte de inmortal tradición.
- Nacida en Jamundí, Valle del Cauca, el 23 de junio de 1999, Erika Andrea Lasso Arias llegó al seno de una familia en donde su mamá, Jackeline Arias, y su abuela Aurora son el ejemplo incondicional para el crecimiento constante de una persona ejemplar dentro y fuera del deporte.
- El judo apareció en su vida cuando tenía 10 años y desde ese momento su relación creció tan estable como el tatami donde lo practica: “Lo es todo, el judo es mi estilo de vida, es la razón por la que cada día me levanto con mucha motivación a disfrutarlo. Es lo que amo hacer y donde descargo todo”.
- Su inicio en el deporte no fue sencillo, pero sus valores y principios fueron la base sobre la que el entrenador Roberto Guauña fijó el camino del judo. Su crecimiento tuvo tres aristas, pero desde el principio todas enfocaron su disciplina en una pasión que la inundó de sueños, metas y aspiraciones.
- “Mi vida sin el judo no me la imagino, gracias a Dios estoy en este deporte porque mi vida me cambió completamente. No solamente en lo deportivo, sino como persona, el judo me ha formado de manera integral y estoy muy agradecida por todo lo que he logrado”, con calidez, su mirada transmite tranquilidad y felicidad por todo lo que el deporte le ha entregado a la vida de la vallecaucana.
- Su crecimiento en el camino del judo la llevó a progresar constantemente en los aspectos físicos, mentales y emocionales. En el primer caso, fueron horas para entrenar las técnicas, los movimientos y detalles que en cada combate marcan la diferencia para avanzar o salir del certamen.
- En el segundo aspecto, su fortaleza también fue entrenada gracias a su equipo y que, apoyada por su personalidad, Erika también entrenó frente a la ansiedad, el miedo y contra la inseguridad que aparecen junto a ese fugaz pensamiento de no lograr lo que se propone.
- Cuando mira hacia atrás, la vallecaucana se agradece a sí misma por todo lo que superó: “Yo le daría las gracias por nunca rendirse, por nunca tirar la toalla cuando hubo lesiones, cuando pensaba que el judo no era para ella. Muchas gracias por persistir, por ser resiliente y perseverante al seguir trabajando con amor por el judo”.
- La emocionalidad fue otro de sus grandes entrenamientos, con cualidades tan únicas y enmarcadas por su bondad, Erika también forjó un camino dentro y fuera del deporte que representa fielmente los valores olímpicos.
- Su reconocimiento a todos como persona es la bandera que porta en sus competencias y en 2023 fue reconocida por varios premios del Fair Play al ayudar a salir del tatami a la judoca Estefanía Soriano después de su combate.
- Tres entrenamientos que, unidos, convergen en una atleta que entrega todo de sí misma, que es un ejemplo para quienes lo rodean y que rinde honor a su más grande motor: “Mi motivación más grande es mi abuelita y mi mamá, son quienes me dan la fuerza necesaria para entregar siempre mi 100% en cada competencia. Ellas representan ese extra que me impulsa a poder dar todo en la competencia y alcanzar todos mis sueños”.
- A sus 25 años los reconocimientos individuales ya hacen parte de su palmarés, las medallas de plata en los Juegos Suramericanos de Asunción 2022 y en el Campeonato Panamericano de Río de Janeiro 2024, así como de su oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023 adornan una carrera que cumple su sueño en París 2024.
- “Siempre fue mi sueño, lo deseé y trabajé tanto que cuando llegó la clasificación no me lo creía. Miro atrás y París es el fruto de todo el trabajo que he venido haciendo con tanta disciplina junto con todo mi equipo. Es un resultado de todos y estoy muy contenta por eso”, su sonrisa es la técnica con la que acompaña a unas palabras llenas de orgullo y felicidad por alcanzar los Juegos Olímpicos.
- Cada esfuerzo, momentos positivos y negativos hacen parte de una colombiana que, como muchos, soñó y conquistó aquello que tanto añoró. Su siguiente paso está en la capital parisina, entregando y avanzando un paso a la vez: “Me visualizo dando mi 100% en cada combate, pienso que voy con la confianza de lo que he hecho, de lo que he trabajado y mi sueño llegar al podio olímpico”.
- Siguiendo con su crecimiento físico, mental y emocional, Erika Lasso llega a París 2024 con un recorrido de tradición, valores y principios, con la actitud de demostrar de lo que es capaz y con la personalidad para ser la fiel muestra de lo que simboliza lo más valioso de los Juegos Olímpicos.
Foto cortesía Federación Internacional de Judo.